Una buena alimentación también significa una alimentación sostenible con el entorno, es decir, que sea:
- de calidad: materia prima de primera calidad recolectada en su punto óptimo de madurez, que mantenga sus cualidades intactas, que no contenga aditivos químicos, libre de grasas perjudiciales y que no contenga hormonas ni antibióticos.
- respetuosa con el medio ambiente: considerando aspectos como respetar el ciclo de vida, la huella de carbono, los sistemas de producción, etc. Por ellos se consideran productos sostenibles los alimentos de cercanía, alimentos de temporada, producidos con razas autóctonas y producidos teniendo en cuenta criterios de eficiencia energética y de recursos.
- y socialmente justa: alimentos que sean producidos y distribuidos asegurando unas condiciones de trabajo y precio justas.
Si quieres conocer el decálogo para mejorar la sostenibilidad alimentaria en el planeta sigue leyendo en el siguiente enlace: